Una escritura, sí, eso fue lo que precisamente me encontré. Me hallaba
yo excavando junto a mis compañeros de clase en las tierras de mi colegio
cuando empecé a oír unos ruidos parecidos al choque entre dos hierros, aquellos
sonidos venían del lugar en el cual me situaba yo excavando, animada, empecé a
excavar rápidamente para saber lo que se escondía detrás de esos simples
ruidos, tal vez un tesoro o solo un peluche con una nariz no muy blanda, quien
sabe, yo solo me empeñaba en saber qué era eso. Después de mucho empeño y tener
que excavar durante bastante tiempo, conseguí sacar aquel cofre, ¿qué habría
dentro? Parecía aquel juego con un mapa y la x, pero yo sabía que aquello era
diferente.
El candado que dejaba cerrado aquel cofre estaba totalmente oxidado y
no me fue nada difícil abrirlo. Dentro de él se encontraban unos papeles, los
cuales contenían escritos una gran historia sobre la mitología, no sé
precisamente si era griega o romana, pero era una historia de la cual nada
había escuchado, por lo cual, había descubierto un gran tesoro de la humanidad.
El autor no sale escrito en ella, la letra es extremadamente delicada,
parecía escrita por una dama bien refinada, esta era deslizada hacia el lado
derecho del papel dejándola en una especie de letra cursiva. El color era negro
desgastado, debido al tiempo que había estado allí, tal vez la historia se
remonte a la época de la guerra de Troya. Era una escritura bastante larga,
contaba con todos y cada uno de los detalles la gran historia sobre un león,
tenía alrededor de treinta páginas, todas ellas escritas a mano y con
paciencia. El final está un poco ilegible, las palabras parecían no estar
escritas tan pacientemente, tenía el mismo tipo de letra que te aparece cuando
te encuentras corriendo y escribiendo al mismo son.
Después de analizar toda la escritura, pensé que no sería un lugar seguro
quedarme allí. Aunque mis compañeros estuvieran excavando, yo no me encontraba
aún en la posición de querer que alguien
a parte de mi leyese aquello, hasta que no se sacaran copias, ¿qué pasaría si
la rompieran? ¿Tendría algún tipo de pista que pudiera señalar su autor? Esa
obra era muy importante y no quería que ninguna persona viniera a hacer
cualquier tipo de estupidez en contra de ella. Puede parecer muy posesivo, pero
el grado de importancia de esta, está sobrepasando lo conocido, es decir, es
una pieza más para encajar en este puzle llamado historia, tal vez no lo
resuelva, pero sí que puede conectar con la solución.
En mi casa, después de esquivar en cierto modo a mis padres me dispuse
a centrarme en aquella escritura, la miraba y volvía a mirar esperando que se
me ocurriera una idea para hacer con ella. Llegué incluso a mirar los bordes de
aquellos papeles para ver si habían intentado ser quemados; la letra la miraba
con tanta delicadeza que parecía que se fueran a salir las palabras de ella; la
forma de escribir la repasaba y sacaba mis propias conclusiones de esta. Todos
los detalles acabaron en nada, ¿qué podría hacer una simple adolescente para
averiguar tales cosas como esta? Iba descartando ideas, algunas porque no eran
bastante ingeniosas y otras porque simplemente no funcionarían. De pronto, una
gran idea vino a mi cabeza, tenía que comunicarle este descubrimiento a una
persona en la que yo confiaba mucho, a la cual yo sabía que no diría nada a
nadie y que probablemente me ayudara, mi padre. Bajé al salón y hablé con él
delicadamente sobre el tema, esperando que me diera alguna idea o ayuda. Al
momento mi padre me asaltó con una gran baraja de ideas, bastante ingeniosas la
verdad, pero solo una de ellas fue la que creía que estaba al cien por ciento
segura de que funcionaría. La idea era reunir a varias personas que sean bastante
cultas en referencia a este asunto, tanto personas de humanidades como arqueólogos.
Después de mucho trabajo, llamadas y tener que buscar información en
internet sobre personas que supieran sobre esto, logré reunir a todos los
científicos un mismo día en una misma sala. Nos encontrábamos en una mesa
redonda, yo estaba en el centro derecho y mi padre en el izquierdo, los demás
rodeaban la mesa. Cuando comenzamos a hablar sobre el porqué de tanta prisa para reunirnos, puse el papel sobre la mesa y
les hablé sobre la historia que contenía en ella, en la cual, decía lo
siguiente:
Cuenta la leyenda, sobre un león capaz de todo, era el más fuerte de
entre los dioses y el más guapo de entre todos los vivos y muertos. Este se llamaba Pantheon. Todo el
mundo lo admiraba, parecía un dios por su fuerza extraordinaria, un Adonis
paseando por los lugares más entrañables de la ciudad llamando la atención, un
hombre que camina a dos patas, una mujer moviendo las caderas e incluso un puma
por su gran velocidad. Las personas más valientes lo retaban a un duelo, él
siempre aceptaba sin pensárselo ni un segundo. Su primera señal de guerrero fue
un día nubloso cuando nació, fue arrancado de su madre por culpa de los dioses,
a la cual la iban a castigar por el delito de crear a tal belleza, diciendo que
ningún animal tan cutre sobrepasaría la belleza de ningún dios. Esto provocó la
cólera de Pantheon, el cual se abalanzó sobre ellos y con un simple mordisco
clavó sus colmillos en el brazo de aquel superior, éste, atónito del poder y la
fuerza que tenía una simple cría y el daño que le había hecho, se marchó
inmediatamente del lugar, desde entonces, nadie molestó a la madre, pero
siempre observaban con gran cautela a aquel pequeño león.
Los retos comenzaron a tomar parte de su vida en el momento en el cual
se enfrentó contra un pequeño felino llamado Kon, un felino volador y antiguo
dios costeño , no tenía huesos, era rápido y ligero, y podía acortar distancias
a su antojo. Solía ir volando con cabezas trofeo y demás objetos. Este, iba dispuesto
a matarlo después de haber oído su historia en boca de otros dioses y llevarse
así otra cabeza trofeo. Al llegar allí, le miró con una cara muy picaresca,
esperando conseguir en dos simples movimientos su preciosa cabeza, se lanzó
hacia él y se quedó con su cabeza, pero no Kon, si no Pantheon, el cual tenía la
cabeza del felino en su boca, encarcelada ahí por sus grandes y fuertes
dientes, todo el mundo sorprendido por aquella hazaña lo empezó a adorar,
diciendo a gritos que era el más fuerte de entre los dioses, que ningún ser
vivo, muerto o inmune podría contra él, debido a que era demasiado poderoso,
también comentando que todas las chicas eran atraídas por él, como un gran imán
y sus piezas de metal pegadas en Pantheon. Decían que este era tan irresistible
que hasta el helado más frío se derretía con su presencia. Todo esto y mucho
más atrajeron a todos con las intenciones de conseguir vencer todos esos
rumores y de esta manera, quedarse uno de ellos como el más poderoso. Mil y un
personas, dioses o incluso animales lo intentaron, pero algunos se vieron
incluso seducidos por su belleza y se vieron incapacitados a la hora del
ataque, quedando así como un blanco fácil para Pantheon. Los dioses mientras
tanto observaban como este crecía a un ritmo considerable, siendo ya un león de
unos dos metros a la edad de dieciocho. Al parecer, la madre de este había sido
ni más ni menos que un Titi, la cual se quedó embarazada cuando era humana de
un felino, el cual solamente por su olor se había enamorado de ella. Es por
esto que Pantheon camina como un hombre y tiene tanta belleza como una mujer,
aunque aún se desconoce de dónde provenía su gran fuerza, por lo cual dicen que
lo que cuentan sobre su madre y su padre son solo mentiras y que detrás de esa
historia, se esconde algo mucho mayor.
A los oídos de Cupido llegaron todas aquellas barbaridades de que era
un imán, irresistible e incluso muy poderoso y este, pensando que desordenaría
todas aquellas parejas que él formaba y que las humanas no se fijarían tanto en
él como de costumbre, le envió una carta bien cerrada explicándole de una
manera muy formal que le quería retar a un duelo. Pantheon, tan orgulloso como
siempre no dudó en aceptar.
El día en el que Cupido y Pantheon se iban a enfrentar finalmente
llegó, fueron a donde habían acordado anteriormente, un lugar alejado del mundo
para no dañarlo en caso de sobrepasar lo permitido. Los dos se miraron cara a
cara durante unos tres minutos aproximadamente, esperando ambos el primer
movimiento del otro. Sin pensárselo más, Cupido se lanzó hacia él intentando
golpearle con un fuerte golpe en la cara, Pantheon, sin preocuparse demasiado
movió su cara hacia la derecha, dejando así caer a Cupido al suelo. Este,
ensimismado por la gran velocidad y reflejos que tenía Pantheon se volvió
furioso y atacó con mucho esmero a nuestro protagonista, el cual después de
todos aquellos golpes que fueron directos a todas y cada una de las partes del
cuerpo de Pantheon, cuando el polvo que impedía la visión de Cupido se esfumó,
vio como salía de él unas grandes zarpas directas hacia su cara, debido a la
extrema velocidad que tenía Pantheon, le arañó toda la cara, dejándole una gran
marca desde la frente hasta la barbilla. Cupido, temiendo que le ganara y
perder su reputación entre los dioses, dijo las siguientes palabras:
“Debido a tu imprudencia de tener la cara tan dura de atacarme tan
libremente cuando yo más débil estoy, ya que tú has producido que todas las
mujeres vayan hacia ti como plumas en el viento, es por eso que yo dios de los
amores haré que tu vida sea amarga, que ya que no te quiero matar ya que va
contra mis propias normas, te haré vivir eternamente, viendo como tus amigos o
incluso descendientes mueren despacio y provocando que tú seas matado y
revivido todos los días de tu vida una y otra vez. Todo empezará con una simple
semilla y acabará con un millón de dientes de león, una planta la cual con el
viento morirá y unas cuantas más traerás, teniendo así muchas más vivas que
muertas y sin la posibilidad de que tu existencia sea nula, provocando así que
tu final no sea visible. Desde ahora y en adelante serás para todos un simple
diente de león.”
Fue entonces cuando sin dejar decir palabra alguna a Pantheon le
convirtió en un diente de león, dejándolo en frente de algunos niños para que
estos lo soplaran y sus semillas se plantaran libremente por doquier.
Al terminar de leer la historia a todos aquellos hombres y mujeres que
se encontraban en la sala, dijeron que no podría esconderse por mucho tiempo
más, que debería salir a la luz semejante historia tan magnífica. Mientras que
los que creían en la mitología decían que deberíamos haber descubierto esta
historia antes, ya que nos revela una gran parte de la historia griega y romana,
que habla sobre distintos dioses griegos, romanos e incluso incas, lo cual abre
la posibilidad de que nunca tuvieran ninguna diferencia, simplemente que
algunos le ponían diferentes nombres y otros tenían exactamente el mismo. Todo
estaba en el aire, ningún experto tomaba partido y al estar yo tan confundida,
miré a mi padre y tomé la decisión de sacar todas las copias que hicieran falta
de este escrito y poder así hacer lo que les convenga a cada uno con aquella
escritura. De esta manera evitaba discutir sobre algo en lo que nunca nos pondríamos
de acuerdo, cada una de las personas que nos encontrábamos allí, con su copia en mano, podía difundir el
mensaje que desde sus creencias le fuera más cercano.
Por mi parte me quedo con la elegancia del león y la lucha diaria a la
que te enfrentas en la vida, y el mensaje de que si a lo largo de tu vida te
esfuerzas por mejorar tu entorno y ayudar a los demás siempre te recordarán y
serás eterno dejando una gran mancha de ausencia tras de ti.
Laura