Ahora que lo pienso no es que precisamente me pasen muchas cosas malas, pero sí una o dos, personas importantes que están siendo dañadas y que no sé por qué permito esto, tengo que actuar, no puedo ver a gente que sufra sin haber hecho nada por mi parte para ayudarlos, si no tiene solución, yo ya he puesto todo lo que podía, les apollaré en todo pero, lo siento, no soy una virgen ni una diosa que haga milagros.
Lamento haber defraudado a todas esas personas que se esperan algo más de mi estos días, parece que estoy de los nervios y tengo esa sucia costumbre de hablar demasiado cuando estoy intranquila y es cuando nadie me escucha y yo digo ¡a la mierda! Me olvido de las posibles consecuencias, pierdo mis sentidos y mi cabeza empieza a flotar junto a mis palabras que salen como balas que les darán en el pecho a todo aquel que me saque de mi lugar. Bueno, volviendo a la tranquilidad, no quiero hacer daño a todas esas personas que me vienen justo en el momento que el mínimo punto me altera, pero lo siento, no soy perfecta.
¿Qué hay aquí, una pared invisible? Parece que no puedo seguir por aquel camino tan perfecto, ni si quiera lo veo, en fin, esperaré impaciente que alguien abra esta puerta, ya que yo sola no puedo.
Laura
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