viernes

Camino

No sé qué ocurre, si es que yo verdaderamente soy un caso a parte, especial, diferente... pero normalmente a las personas su camino les parece un largo recorrido el cual a veces tiene algún que otro bache o escaleras que las tendrán que conseguir pasar con más fuerza, pero es que parece ser que yo me encuentro en una montaña tan empinada que ni si quiera puedo poner un pie en ella, me caigo. Ciertamente no todo me va mal, pero los pequeños detalles son los que no me dañan, los grandes me matan. 
Ahora que lo pienso no es que precisamente me pasen muchas cosas malas, pero sí una o dos, personas importantes que están siendo dañadas y que no sé por qué permito esto, tengo que actuar, no puedo ver a gente que sufra sin haber hecho nada por mi parte para ayudarlos, si no tiene solución, yo ya he puesto todo lo que podía, les apollaré en todo pero, lo siento, no soy una virgen ni una diosa que haga milagros. 
Lamento haber defraudado a todas esas personas que se esperan algo más de mi estos días, parece que estoy de los nervios y tengo esa sucia costumbre de hablar demasiado cuando estoy intranquila y es cuando nadie me escucha y yo digo ¡a la mierda! Me olvido de las posibles consecuencias, pierdo mis sentidos y mi cabeza empieza a flotar junto a mis palabras que salen como balas que les darán en el pecho a todo aquel que me saque de mi lugar. Bueno, volviendo a la tranquilidad, no quiero hacer daño a todas esas personas que me vienen justo en el momento que el mínimo punto me altera, pero lo siento, no soy perfecta.

¿Qué hay aquí, una pared invisible? Parece que no puedo seguir por aquel camino tan perfecto, ni si quiera lo veo, en fin, esperaré impaciente que alguien abra esta puerta, ya que yo sola no puedo. 













Laura

No hay comentarios:

Publicar un comentario